El esquí acrobático es una prueba deportiva de esquí, en la que los esquiadores, más que su velocidad, tienen que poner a prueba sus habilidades sobre la nieve. Existen dos grandes especialidades diferenciadas, el aerial, en el que se efectúan saltos acrobáticos que deben ser valorados por un jurado; y el mogul, en el que se desciende por una escarpada pendiente de nieve plagada de baches y montículo.
Los saltos de la especialidad aerial se efectúan desde plataformas de madera, colocadas en el suelo y cubiertas de nieve. Las plataformas terminan en una rampa empinada, que permite realizar saltos de hasta 15 metros. Durante el salto, los profesionales realizan múltiples volteretas y giros antes de aterrizar sobre una pista inclinada entre 34 y 39 grados, y unos 30 metros de larga. Los mejores especialistas masculinos pueden llegar a efectuar saltos triples mortales (tres volteretas) de espaldas, a la vez que cuatro o cinco tirabuzones.Los saltos de los esquiadores son valorados por un jurado. En la puntuación de un salto se tienen en cuenta la técnica en el despegue (en un 20%), el salto en sí (50%) y el aterrizaje (30%). Dependiendo del tipo de salto se incluye un grado de dificultad, asociado a una máxima puntuación posible para el salto.
En cambio los no profesionales se pueden efectuar en cualquier montículo preparado (como en cualquier snowpark) o ecjos naturalmente por acumulación de nieve (bañeras)
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